Edición Nº23 - Octubre 1990
Ed. Nº23: Rabi Moshe Jaim Luzzatto
Por Esteban Veghazi Z´L
El pedagogo
Hace 250 años, en 1740, escribió Rabi Moshe Jaim Luzzatto su libro «Derej Tevunot» —»Los Caminos de la Razón»—, en el cual transmite una metodología para el estudio de la literatura postbíblica, muy útil según el mismo autor, y nosotros lo confirmamos, para cualquier tipo de estudio, incluso en nuestra época.
Rabi Moshe Jaim Luzzatto (a quien se identifica también con la sigla hebrea RAMJAL), 1707-1747, es conocido y apreciado en la historia de la literatura judía como poeta, comparable con Juda Halevi en su amplitud de formas, en el arte de la expresión, en su idioma puro bíblico, en su efusión e intensidad, aunque este aprecio le causó muchos problemas en la comunidad italiana de aquel entonces. Después de haber sido advertido para que abandonara el misticismo, lo excomulgaron y tuvo que emigrar a Amsterdam, donde lo recibieron con gran aprecio. Allí escribe un libro de ética («Mesilat Yesharim») y también su «Derej Tevunot». En el año 1744 se va a Palestina y muere allí en 1747.
RAMJAL es el fundador del renacimiento de la poesía judía. Conocía muy bien a los otros poetas judíos anteriores y también la literatura italiana, que ejerce mucha influencia sobre su obra literaria. Abandónala romántica medieval, el estilo midráshico y musivo de la literatura judía medieval y, manteniendo su propia personalidad, adopta el estilo de la literatura italiana. Escribe poemas en el estilo de los Salmos y es pionero en la prosa judía dedicada a las grandes masas. Como fundador de una escuela literaria, elabora un estilo nuevo y especial, y sus seguidores amalgaman la poesía judía y la literatura moderna.
Fuera de sus poemas, escribe un drama a base de la historia bíblica de Sansón y Dalila y otro, «Migdal Oz», en el cual no hay acción sino una descripción convincente de la vida pastoril y de la naturaleza, todo en un lenguaje muy puro. Su otra obra, «Mejkar misboded» —»Contemplación solitaria»—, es altamente lírica y se desarrolla en un ambiente natural.
Su obra principal en este campo es «Layesharim Tehila» —»Alabanza para los honestos»—, un drama alegórico que ha influido mucho en el desarrollo posterior de la literatura judía y significa el comienzo de la literatura judía moderna. Su lenguaje es clásico, su presentación original y muy colorida, su profundo contenido es filosófico, pero sin acción ni caracterización; conceptos éticos personificados: la honestidad, la prudencia, la justicia, luchan contra la mentira, el engaño, la fantasía y la codicia. Compiten por la gloria y los favores de la «hija del populacho». Aparece Dios y declara a la Justicia como vencedora. El gran valor de la obra es la magnífica presentación de la naturaleza y el alto vuelo de las ideas morales.
Pero pasemos ahora a la obra cuyo aniversario dio el impulso para escribir sobre RAMJAL y especialmente sobre su obra pedagógica.
El libro «Derej Tevunot», traducido al inglés y publicado por Feldheim (1989), puede dar orientación para la solución de muchos problemas básicos educacionales de nuestros días. Aunque se refiere a la enseñanza del Talmud, no es una clasificación de palabras o expresiones, ni tampoco una clave para conocer el camino del estudio y entendimiento del sistema talmúdico, sino que es una orientación acerca del lenguaje y del pensamiento lógico en general; es una guía que nos ayuda a preparaos a nosotros mismos para estudiar en forma sistemática y consciente.
En su introducción, RAMJAL se refiere a los principios y fundamentos del lenguaje, presentándolos como la ley natural del pensar, que se impone por el propio juicio, por la propia inteligencia. Con respecto a la lógica, él plantea la necesidad de aprender de otros libros, otros lenguajes. Hay que incorporar los conceptos de aquéllos en nuestro propio lenguaje, ajustarlo a nuestro contexto y agregar, o quitar, o cambiarlo, según nuestra necesidad para alcanzar nuestra meta. Este era el método de los antiguos maestros de nuestro pueblo y también de otros pueblos antiguos. Es un método productivo e inmutable; es el paradigma para todo entendimiento, comprensión y sabiduría.
Para establecer el camino correcto, hay que partir de la definición de los elementos que son necesarios para una discusión dialéctica. Hay que utilizar los elementos con fidelidad y constancia, y avanzar cada vez más para poder aclarar y comprender los problemas. Los elementos necesarios son: exposición, interrogación, respuesta, contradicción, probación, objeción y resolución. Todos estos conceptos deben ser definidos con claridad y precisión; el resultado depende de cómo los usa el estudiante, y si ha tenido o no la capacidad de analizar y clarificar el texto. Considera que al sustentar los principios del lenguaje, es necesario apuntalar los elementos del debate con una fuerte actividad mental basada en la lógica, para lo cual el autor propone tres pasos: comprender lo expuesto, utilizar una deducción lógica, y aceptar o rechazar las opiniones.
Para el primero, es decir, comprender las bases e ideas, la llave es la comunicación, lo que significa usar todo lo que uno sabe o puede saber acerca del tema a tratar, y en base a eso estar preparado para reconstruirlos con la selección adecuada, a fin de incorporarlos a nuestra mente. No cabe duda —escribe el autor— que cuando intentamos penetrar en lo comunicado, descubrimos que el comunicador quiere convencernos y no todas sus palabras son sustanciales, y no todas son igualmente importantes para influir en la toma de decisión del oyente; por lo tanto, lo importante es encontrar el contenido y no mirar mucho la forma. Hay que remover la parte menos importante e incorporar sólo lo importante en nuestra mente.
El segundo propósito del proceso es derivar nuevas ideas de la premisa. En esta sección RAMJAL expone la naturaleza del pensamiento deductivo y también del silogismo. Para eso propone los trece principios de la hermenéutica, fijados por Rabi Yishmael en la Sifra. Sin embargo, subraya que el binyan av y el kal vajomer son los más importantes (binyan av significa que una ley que rige en determinadas condiciones, rige con mayor razón cuando estas condiciones son más evidentes; kal vajomer es aquella forma de la deducción según la cual cuando una ley rige en determinada situación, puede regir en otra distinta por analogía, sin el texto se expresa en términos análogos). Según los conceptos de RAMJAL, la aplicación práctica de la lógica deductiva significa analizar el texto o el planteo. ¿Sobre qué base podemos decir que el planteo es correcto? ¿Cuál es la premisa de la cual podemos realizar la deducción, y cuál es aquella índole que queremos deducir o confirmar, en forma positiva o negativa? Y así, continuándola cadena de preguntas lógicas, podemos conocer las bases reales e indiscutibles de la premisa, que ya puede servir para confirmar el planteo y considerarlo como fundamento para presentar nuevos planteos.
El tercer proceso mental es la aceptación o rechazo de ideas u opiniones. Para este punto el autor va más allá que la validez o falta de validez de la lógica, para definir cómo juzgamos la realidad o falsedad de un planteo; y considera que para eso es necesario usar nuestra escala de valores en la moral, especialmente si se tratan dilemas de la vida. RAMJAL considera que el punto de partida para aceptar o rechazar ideas es necesariamente una mente abierta, suficientemente flexible pura tomar en consideración todas las opiniones posibles. No hay siempre una seguridad absoluta para definir si el planteo es correcto o falso; si no es necesario tomar una decisión inmediata, hay que mantener el juicio en suspenso e intentar dilucidar las dudas; si no se puede dilatarlo fuera de la lógica, hay que utilizarla escala de valores éticos y dejar que también el corazón participe en la decisión.
En el último capítulo de la obra, el autor demuestra cómo se puede utilizar su metodología en el estudio del Talmud; pero este capítulo es, también, una colección de ejemplos que proveen al lector con la aplicación práctica de los principios teoréticos y ayudan a transformar el método de RAMJAL en un instrumento práctico. La obra es un excelente instrumento para facilitar el estudio, porque la base de este método es la compilación sistemática de todas las categorías lógicas del razonamiento al explicar sus funciones y pautas en forma real. Este método es una guía que orienta la mente en forma resuelta, para buscar la sabiduría.
Es interesante que la obra de RAMJAL no está dirigida a los maestros o rabinos, sino a todo el público: para cada uno de los judíos que están interesados en su ascenso espiritual, alcanzable sólo por el estudio. Ya Maimónides —el RAMBAM— dice que en este aspecto no hay discriminación o desventaja («Leyes de la Teahuoá», 5.2.). Cada uno de nosotros es un agente libre en Su crecimiento espiritual, y cada uno escoge su propio camino para ser digno de la corona del saber, como cita Rabí Moshe Jaim Luzzatto en nombre de RAMBAM: «El pueblo judío ha sido dignificado por tres coronas: la corona de la Torá, la corona del Sacerdocio y la corona del Reino. La corona del Sacerdocio pertenece a los descendientes de Aarón, la corona del Reino a los descendientes de David, pero la corona del Saber no tiene dueños designados o prefijados, sino que está disponible y es accesible para todos; quien la desea, venga y adquiérala» («Hiljot Talmud Torá» 3.1.) La corona del Saber no es hereditaria, y no hay barreras para adquirirla; se necesita deseo, voluntad y constancia para estudiar y retomar nuestra calidad de Pueblo del Libro.