Coloquio

Edición Nº58 - Agosto 2022

Ed. Nº58: Antisemitismo, visiones y angustias

Por Juan Antonio Travieso

El siguiente texto corresponde a la transcripción parcial del Capitulo I de la obra “Los Judíos, vida, pasion y Shoa“ escrito por el Dr. Travieso y que actualmente se encuentra en prensa, Editorial Heliasta.

Hoy y ayer al ataque 

 

Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor, 

 

y como una fábula, está llena de maravillas y felicidad. 

 

Todo se concentra en la juventud, una etapa de sueños y de anhelos. 

 

La vida es bella y todo es alegría: los amaneceres son brillantes y los crepúsculos diáfanos. 

 

Desde la ventana todo es vital. Los árboles estallan de verdes y las flores se abren con colores y capullos. 

 

Todo se ve desde la ventana, que será protagonista de variadas historias. 

 

La gente va y viene por las calles, mientras disfruta de las charlas, hablando de no sé qué. Todo es calcado y la vida transcurre lentamente.

 

¿Qué sucede en la vida política de Alemania? Nadie sabe, ni interesa porque todo está perfecto. 

 

Anna aguarda los regalos de cumpleaños, mientras las mascotas comparten las

sonrisas y mimos. 

 

Hoy es un gran día y mañana será mejor que hoy. 

 

Eso piensa Anna mientras camina hacia la escuela en Berlín, con su pelo al viento y su cabeza inundada de imágenes.

 

Se espera una fiesta inolvidable con regalos y alegría en la familia y amigos.

 

El regreso de la escuela aumenta la ansiedad por la fiesta de cumpleaños, los saludos de todos y en especial, los regalos. 

 

Un regalo llama la atención. 

 

No tiene flores ni ilustraciones. Es Plateado y Anna decidió abrirlo más tarde. 

 

Es muy raro, porque el paquete de menos colores, es el que llama más su atención. 

 

El sol invade el cuarto e ilumina los regalos.

 

Sin embargo, un rayo travieso atraviesa la ventana, elige el regalo plateado que explota en mil luces de colores.

 

¿Cómo hacer para no abrir el regalo de los rayos del sol? Lo mejor es rendirse y abrirlo.

 

No es pesado, parece un libro. 

 

Está muy bien envuelto o la ansiedad es muy grande. 

 

Si. Lo que suponíamos: Es un diario, un compañero para compartir secretos y futuro.

 

Está en blanco, pero pronto se irá completando de historias.

 

La vida es bella y todo es alegría.

 

A lo lejos se escucha un piano y están interpretando a Chopin en su Nocturno nro. 20 en do sostenido menor, o por lo menos eso parece. 

 

Mientras tanto venían a la memoria los versos de Schiller que Beethoven inmortalizó con su coro del final de la Novena Sinfonía:

 

¡Oh amigos, dejemos esos tonos! ¡Entonemos cantos más agradables y llenos de alegría! ¡Alegría! ¡Alegría!

 

Sin embargo algo estaba sucediendo o iba a suceder.

 

Todo iba a cambiar, y a pesar de todo, la vida siempre es bella.

 

Un libro debe comenzar por el principio y por el final:

 

Ahora el principio y el final:

 

“¿Cuál fue su cargo oficial?

– […] Fui comandante en jefe de Auschwitz durante cuatro años, desde mayo de 1940 hasta el 1 de diciembre de 1943.

– ¿Cuántas personas fueron ejecutadas en Auschwitz durante todo ese tiempo?

– El número exacto es difícil determinarlo. Yo calculo que alrededor de dos millones y medio de judíos.

– ¿Solo judíos?

– Sí.

– ¿Mujeres y niños también?

– Sí.”

Ahora vamos al pasado, desde el presente.

 

Jorge Luis Borges, en un poema, se refería a que “la vieja mano sigue trazando versos para el olvido”. Hay una tendencia a olvidar, y eso es un problema. En el caso de Borges, no era muy difícil olvidar, y la memoria, aunque parcial, apareció. Recordamos a Funes el memorioso, que, para Borges, era una “larga metáfora del insomnio”, y lo más interesante es que la historia del peón uruguayo que no puede olvidar, es casi una metáfora de la imagen de Newton con el golpe que le produce la manzana en los albores de la gravitación.

 

Un momento de genialidad inexistente y difícil en el mundo de los recuerdos.

 

Por tanto, ahora es preciso e indispensable recurrir a la memoria y a la historia.

 

En 1913, Freud escribía “que ninguna generación es capaz de ocultar, a la que sigue, sus procesos anímicos de mayor sustantividad”.

 

Por ello, vamos a abrir las ventanas de la memoria y de la historia.

 

Reflexionar sobre temas que nos conmocionan, como señala Maren Ulriksen, “surge de los efectos a posteriori de la generación siguiente”, y “opera como un esfuerzo para atravesar el espesor del desconocimiento, levantar la desmentida, restituir el trabajo de la memoria y hacer reconocer el carácter y la extensión del terror.

 

Uno de los temas que inquieta, es que todo este mundo de horror se ejecuta dentro de una sociedad avanzada cultural y tecnológicamente. En Alemania, el mundo de Goethe, Schiller y Beethoven.

 

Alegría, centella divina,

hija de Elíseo,

ebrios de fuego penetramos,

¡oh diosa celeste!,

tu santuario.

 

Con estas palabras de la “Oda a la alegría”, de Schiller, comienza el famosísimo coro final de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven. Esta obra tiene una historia ambivalente: así como Adolf Hitler ordenaba ejecutarla en sus aniversarios, Leonard Bernstein también conmemoró con la oda la caída del muro de Berlín el 10 de noviembre de 1989.

 

El otro autor representativo de Alemania fue Goethe, un poeta con un horizonte extraordinariamente vasto, que podía viajar fácilmente de una disciplina a la otra. Un día trabajaba en el Fausto, al día siguiente se ocupaba de la anatomía humana, y al tercer día filosofaba sobre los colores y el arte. 

 

Ese era el horizonte cultural de Alemania. Sin embargo, algo sucedió, como un cataclismo para destruir todos esos cimientos: Hitler.

 

Primero veamos el ámbito, la escena repetida y restituir la labor de la memoria.

 

En el umbral, un minuto de silencio, para escuchar ese silencio atronador, sin Beethoven, Schiller y Goethe.

 

Una sala grande y vacía y nosotros cansados teniendo que estar en pie, y hay un grifo que gotea y el agua no se puede beber, y esperamos algo realmente terrible y no sucede nada y sigue sin suceder nada”.

 

Así describía Primo Levi las puertas del infierno, del suyo y de las millones de personas que entraron en Auschwitz.

 

Otro testimonio desgarrador es el de Julius Fucik; un escritor checo y miembro del Partido Comunista, que estuvo prisionero en la cárcel de Pánkrac, Praga, custodiada por la Gestapo. Fue condenado a muerte el 25 de agosto de 1943 por el Tribunal nazi de Berlín y ejecutado en el presidio hitleriano de Plotzensee pocos días después, el 8 de septiembre. Fucik relata con emoción todos los pasos de las políticas de exterminio del régimen nazi; desde la tortura, el aislamiento, la destrucción física y emocional, hasta la ejecución. Su obra quedó grabada en la historia. Fucik describe tanto las torturas propias como las ajenas:

 

[…] una sala de torturas, de donde te llegan los gemidos y los gritos de terror de los otros; y donde no sabes lo que te espera. Ves partir personas sanas y llenas de vida y luego de dos o tres horas de interrogatorio las ves volver mutiladas, aniquiladas

 

También, hay otros espacios para la descripción del horror. 

 

En la celda le falta el aire. Se ahoga. No puede moverse. Los dolores son permanentes. La agonía no es hermosa. Habla con la muerte: “has tardado mucho en llegar” -escribe Fucik-, “pero, esperaba conocerte más tarde. Esperaba vivir aún la vida de un hombre libre: poder trabajar mucho, amar mucho, cantar mucho y recorrer el mundo”.

 

Sin embargo, los sueños no se concretaron, y a veces, parecería que todo fue inútil. 

 

En pleno siglo XXI, aún existen atentados antisemitas en todo el mundo.

 

Recordemos uno de los más recientes, en el año 2019. En Alemania, en ese año, se produjo el ataque a una sinagoga en pleno Yom Kipur. El atacante, fue Stephan Balliet, un extremista de derecha alemán, de 28 años, que declaró: “podría haber decidido no hacer nada por esta sociedad que quiere reemplazarme por musulmanes y negros«, haciendo referencia a los centenares de miles de solicitantes de asilo. Ser nazi y xenófobo es lo natural.

 

Balliet, continuó aduciendo que «no tiene ningún problema con las religiones, pero sí con el semitismo«, sin precisar realmente su pensamiento. 

El 8 de octubre de 2019, día de Yom Kipur, Balliet, intentó penetrar en la sinagoga local de Halle (Sajonia-Anhalt), en la que se encontraban cincuenta y dos fieles. Pero, al no poder acceder al templo, disparó contra dos peatones. 

 

Stephan Balliet fue acusado de haber cometido «un atentado contra ciudadanos y ciudadanas de confesión judía con una motivación antisemita, racista y xenófoba», según el acta de acusación l. Otro detalle insólito: el extremista grabó y difundió por internet, en directo, su asalto, negando la existencia del Holocausto e insultando a los judíos. 

 

Finalmente, el 21 de diciembre de 2020, el Tribunal Regional Superior de Naumburg halló responsable al ciudadano alemán Stephan Balliet por el ataque contra la sinagoga de Halle, en el este de Alemania, ocurrido en 2019, con el saldo de dos personas muertas. El proceso judicial contó con setenta y nueve testigos, un grupo de cuarenta y cinco supervivientes y allegados de los fallecidos que participaron en la acusación, representados por veintitrés abogados. 

 

El hombre, de 28 años, fue sentenciado a cadena perpetua por cargos de asesinato.

 

Lo cierto es que hay un resurgimiento del nazismo mezclado con terrorismo de extrema derecha en Alemania. Según fuentes del Ministerio del Interior de Alemania, el número de ataques antisemitas aumentó en un 13% durante 2019. Por otra parte, recientemente, se inició el juicio contra un simpatizante neonazi, sospechoso de haber matado a un político conservador que se había mostrado a favor de la acogida de migrantes en Alemania. En ese caso, se determinaron vínculos de miembros de unidades especiales del ejército con grupos neonazis. Todos estos casos, evidencian una combinación siniestra, con los grupos neonazis al acecho y al ataque.

 

Pero no todo sucede en Alemania, ni tampoco en ámbitos como el descripto, lo que acentúa la gravedad.

 

En el Reino Unido, Jeremy Corbyn, uno de los dirigentes más importantes del Partido Laborista, que anunció su dimisión el 13 de diciembre de 2019 tras los malos resultados cosechados en las elecciones generales, ha expresado su antisemitismo y, una ex parlamentaria laborista, Louise Ellman, se preguntó: 

 

¿Cuántos miembros judíos han sido intimidados, abusados ​​y expulsados del partido? Los laboristas que se han atrevido a denunciar los discursos de antisemitismo y odio, han quedado afuera de de ese partido”.

 

Dentro de un procedimiento inusual, el actual líder del Partido Laborista, Keir Starmer, judío, suspendió a su predecesor tras recibir un informe que denunciaba que bajo el liderazgo de Corbyn el Partido Laborista recibió constantes quejas de antisemitismo que no fueron atendidas.

 

En ese sentido, Keir Starmer afirmó: «Es un día de vergüenza para el Partido Laborista«; en consecuencia se procedió a suspender a su predecesor, Jeremy Corbyn, por no atender a quejas de antisemitismo dentro del partido. Un aire fresco y sano en el Reino Unido.

 

Por otra parte, la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos de Inglaterra y Gales (EHRC, por sus siglas en inglés), publicó un reporte en el que detalla cómo el partido había desatendido distintos reclamos y quejas de antisemitismo.

 

Corbyn, por su parte, alegó que los reclamos quedaron estancados por la «burocracia obstructiva del partido» y que la magnitud de todo el asunto estaba siendo agrandada por motivos políticos. En su defensa expresó: 

 

«Un antisemita ya es mucho, pero la escala del problema también ha sido dramáticamente magnificada por razones políticas por nuestros oponentes dentro y fuera del partido, así como por gran parte de los medios«.

 

Sin embargo, a pesar de lo expuesto, Starmer aceptó el informe contra Corbyn en su totalidad y no titubeó en suspenderlo. En esa circunstancia el partido Laborista consideró:

 

«A la luz de los comentarios que hizo hoy y por su error de no retractarse de ellos, el Partido Laborista ha suspendido a Jeremy Corbyn a la espera de una investigación«.

 

Por su parte, Starmer fue terminante: «Le hemos fallado al pueblo judío. Estoy verdaderamente apenado por todo el dolor y sufrimiento que ha sido causado«, y añadió que «nunca más fallaremos en atacar al antisemitismo y nunca más perderemos su confianza«.

 

Por último, el nuevo líder del laborismo, Keir Starmer, pidió disculpas por el antisemitismo en su partido el 25 de junio 2020 y en una carta dirigida a la principal organización judía del país expresó: 

 

«Quería escribirle personalmente tan pronto como asumiera el cargo para reiterar mi compromiso de erradicar el antisemitismo dentro de la facción«. 

 

Lo más claro es que esa carta fue remitida después del discurso de aceptación del cargo en el cual anunció que «arrancaría este veneno de raíz». Pero no todo sucede en Europa, porque el antisemitismo es un ataque a la humanidad en su conjunto, un veneno. 

 

Por tanto, también, es preciso tener en cuenta los atentados terroristas contra judíos en Estados Unidos. Lo cierto es que los ataques son cada vez más frecuentes.

 

En 2019 se produjo un ataque en un mercado de comidas Kosher, en Jersey City, Nueva Jersey. Luego, en San Diego, un hombre armado abrió fuego contra judíos que oraban dentro de una sinagoga. El atacante declaró que “estaba defendiendo a nuestra nación contra el pueblo judío, que está tratando de destruir a todos los blancos”.

 

Hay datos avalados por un estudio del Comité Judío Americano, en el que un 35% de judíos de EEUU dijeron haber experimentado antisemitismo en los últimos cinco años, y un tercio confesó que, ocasionalmente, ocultaban manifestaciones externas de su judaísmo, es decir, vestimenta, símbolos que denotaran su pertenencia.

 

Esto es grave y remite a tiempos que creíamos superados.

 

Con relación a lo expuesto, en Estados Unidos de América, se ha señalado que, en el año 2019, los incidentes antisemitas aumentaron en un 12% con respecto al año anterior, con cinco muertos. Esto se traduce en 2.100 actos de agresiones, vandalismo y acoso, en comparación con los 1.879 incidentes registrados en 2018.

 

Lo expuesto es particularmente grave, pues, los judíos estadounidenses representan apenas del 3% de la población del país y, a pesar de eso, la mayoría de los crímenes basados en la religión fueron contra judíos o instituciones judías en 2019. Una mínima proporción de judíos, como en Alemania en plena época del nazismo.

 

Por otra parte, en Italia, la policía tuvo que proteger a Liliana Segre, senadora vitalicia de 89 años, sobreviviente de Auschwitz, que recibió innumerables amenazas de muerte a través de las redes sociales.

 

De la misma forma, también, en 2019, se produjeron ataques antisemitas en Escandinavia, en un nuevo aniversario de la “Noche de los Cristales Rotos”, y, asimismo, se observaron “stickers” neonazis pegados en múltiples sitios judíos en Dinamarca y Suecia y se vandalizaron ochenta y cuatro lápidas de un cementerio judío. 

 

El grupo neonazi, Movimiento de Resistencia Nórdica, marchó a través de la ciudad de Ludvika, en el centro de Suecia, el 1 de mayo de 2018. Ese mismo grupo neonazi apuntó a los judíos en Escandinavia, y el Congreso Judío Mundial dijo que fue una campaña antisemita coordinada durante la semana previa al Yom Kippur, el día más sagrado del calendario hebreo.

 

Ahora bien, ¿qué es el Movimiento de Resistencia Nórdica (MNR)? 

 

El MNR se presenta como una organización nacional-socialista de carácter revolucionaria, fundado en 1997 en Suecia, bajo el nombre «Movimiento de Resistencia Sueco”. Ha estado involucrado en hechos de violencia y suele difundir una «retórica de odio hacia inmigrantes, minorías sexuales y judíos». El grupo organiza manifestaciones y produce informaciones que se oponen a la inmigración, e igualmente ha estado ligado a actos violentos.

 

Se refiere que en 2016, un hombre de 28 años murió después de haber sido agredido por los miembros del MRN en Helsinki; y, de acuerdo con la organización sueca Expo, especializada en la vigilancia de los movimientos de extrema derecha, varios miembros han sido condenados por una serie de atentados con bombas en Gotemburgo entre 2016 y 2017. Ese mismo año, se registraron incidentes antisemitas en Suecia, Dinamarca, Noruega e Islandia, mientras los sitios web pertenecientes al movimiento neonazi informaron sobre acciones tomadas por el grupo en casi veinte ciudades diferentes.

 

Es como una plaga. Todo se extendió como un reguero de pólvora. En Norrköping, una ciudad ubicada a unas 70 millas al suroeste de Estocolmo, un grupo de hombres del Movimiento de Resistencia Nórdica se estacionaron afuera de la sinagoga local en Yom Kippur, con banderas de su movimiento. Los neonazis justificaron su accionar en su sitio web, alegando que eligieron la celebración Yom Kipur para “concientizar a la gente nórdica de las costumbres extranjeras y los planes de gobierno sionistas en toda la región nórdica”. Exhibieron carteles en varios países atacando la comida kosher, la circuncisión y la costumbre de kaparot, afirmando que los judíos obtienen “el perdón proactivo por todas las mentiras e injusticias que cometerán hasta el próximo Yom Kipur”. 

 

La Corte Suprema de Finlandia dictaminó, en septiembre de 2020, que el Movimiento de Resistencia Nórdica, que se autodenomina como una organización “revolucionaria nacionalsocialista”, es ilegal, y consideró que esa tipificación no afectaba la protección de la libertad de expresión o reunión, ya que sus actividades constituían un abuso de esos derechos. Asimismo, se determinó que los objetivos de la organización violaban los fundamentos de una sociedad democrática y debería ser disuelta.

 

En ese mismo orden se ha establecido que: «La decisión de la Corte es un mensaje claro: las organizaciones violentas y que utilizan un discurso racista o que atentan contra la dignidad humana no deben tener cabida en la sociedad finlandesa.«. También, se consideró que: “El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto”.

 

Esa es la definición de antisemitismo aprobada en el 2016 por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), una organización intergubernamental fundada en 1998 que reúne a gobiernos y expertos para promover la educación, la investigación y el recuerdo del Holocausto en todo el mundo, de la que Argentina forma parte desde el 2002.

 

Sin embargo, no termina aquí la acción de estos grupos antisemitas, que van creciendo y se desarrollan en las orillas de los sistemas democráticos.

 

Porque lo cierto, es que la tecnología es campo propicio para desplegar acciones persistentes a favor del antisemitismo, ocultos y disimulados en redes de internet. Así es, entonces, que muchos grupos antisemitas comenzaron a utilizar internet para sus publicaciones, mediante información parcial por medios electrónicos y grupos de debate. 

 

Otra observación a formular. Se trata de un elemento para tener en cuenta: todos los grupos tienen una conformación machista. No hay mujeres en sus estructuras, un dato esencial en el análisis. 

 

Hemos viajado del presente al futuro, un camino inverso al de la lógica.

 

Por supuesto, es coherente porque el antisemitismo y la aniquilación de los judíos se halla en un punto polémico en la acción de los nazis y de los grupos que hemos descripto. Quizás hemos huido del pasado. Un mecanismo para evitar encontrarnos con la deshumanización. Otra de las razones, es que la memoria no se nutre de presente, y por ahora escapamos del abismo. Pero no vamos a eludir el compromiso. Vamos a enfrentar el torbellino de la historia. Es imposible la huida hacia adelante. 

 

Por eso, mientras los grupos antisemitas planean atentados y actos antisemitas, es preciso recurrir de nuevo a Julius Fucik en un baño de entrega y sacrificio:

 

Siempre hemos contado con la muerte. Lo sabíamos: caer en las manos de la Gestapo quiere decir el fin. Y aquí también hemos actuado de acuerdo con esta convicción” –escribe Julius Fucík en las líneas finales de su libro-. “También mi juego se aproxima a su fin. No puedo describirlo. No lo conozco. Ya no es un juego. Es la vida. Y en la vida no hay espectadores. El telón se levanta. Hombres: los he amado. ¡Estén alerta!”.



Juan Antonio Travieso es Doctor en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, profesor titular de Derecho Internacional Público y de Derechos Humanos y Garantías. Además es Director del Observatorio para la lucha contra el antisemitismo.