Edición Nº31 - Julio 2015
Ed. Nº31: El acuerdo nuclear con Irán
Por Marcos Peckel
¿Por qué la negociación?
Desde hace más de una década se sospecha que el programa nuclear iraní, país signatario del Tratado de no Proliferación –TNP- , está encaminado a la construcción de bombas atómicas, lo que Irán ha desmentido una y otra vez. La negociación pretende asegurar que el programa nuclear de Irán es con fines pacíficos a cambio de lo cual Teherán aspira a que sean levantadas las sanciones que le ha impuesto la comunidad internacional.
¿Quiénes negocian?
Por un lado La República Islámica de Irán y por el otro el P5+1 compuesto por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania.
¿Por qué se sospecha que Irán está desarrollando armas atómicas?
Como cualquier país signatario del TNP, Irán ha adquirido compromisos sobre lo que le está permitido y vedado en el marco de su programa nuclear, el cual está sujeto a inspecciones por parte de la Agencia Internacional de Energía Atómica -AIEA-. Sin embargo, en innumerables ocasiones Irán ha incumplido las obligaciones contraídas en el marco del TNP en la medida que no ha permitido la libre inspección de sus plantas nucleares por parte de los inspectores de la AIEA y ha bloqueado las cámaras de monitoreo. En el año 2009 se descubrió una planta secreta subterránea de enriquecimiento de Uranio en Fordo con decenas de centrífugas, sobre la que Irán no había informado. Adicionalmente Irán no permitió la inspección de la base militar de Parchin en la cual se sospechaba que se estaban llevando a cabo ensayos avanzados de explosiones atómicas. Los continuos incumplimientos llevaron a la Comunidad Internacional a imponerle sanciones a Irán.
¿Qué son las sanciones que la Comunidad internacional le ha impuesto a Irán?
Es un complejo régimen compuesto de tres grupos de sanciones. Las que el Consejo de Seguridad de la ONU ha impuesto en cuatro resoluciones que consisten entre otras, en un embargo a la venta de armas, aislar a Irán del sistema financiero mundial, limitaciones a las ventas a Irán de equipos y tecnología sofisticada y restricciones en la comercialización del petróleo.
Están además las sanciones que han impuesto motu proprio la Unión Europea y Estados Unidos, que prácticamente prohíben cualquier transacción con Irán. Entre 100 y 150 mil millones de dólares pertenecientes a la República Islámica están congelados en cuentas bancarias en occidente.
Las sanciones han tenido un severo impacto en la economía iraní. Su moneda se ha depreciado de unos 9 mil reales por dólar a 30 mil actualmente, sus exportaciones petroleras se mantienen en unos 3 millones de barriles diarios –MDBD- muy inferior a su capacidad instalada de unos 4 MDBD y a su mucha mayor capacidad potencial si llegasen nuevas inversiones. Una de las sanciones de mayor impacto ha sido la desvinculación de los bancos iraníes del sistema internacional de transacciones financieras, SWIFT.
¿Qué se negoció y que se acordó entre Irán y él P5+1?
El acuerdo firmado en Viena denominado “Joint Comprehensive Plan of Action” o “plan conjunto de acción integral” obtuvo el apoyo unánime del Consejo de Seguridad de la ONU con la resolución 2231 del 20 de Julio de 2015.
Los temas álgidos de la negociación se enfocaron en el número de centrífugas que Irán puede operar, el nivel de enriquecimiento de Uranio en su poder y la inspección de las plantas nucleares e instalaciones militares. El Uranio se enriquece con las centrífugas para separar el isótopo 235 del isótopo 238. El primero, apenas un mínimo porcentaje del uranio natural, es el utilizado para la fabricación de bombas atómicas.
El acuerdo obliga a Irán a eliminar dos terceras partes de sus actuales centrifugas, congelar por diez años la investigación científica orientada a la construcción de centrifugas avanzadas, enviar al exterior el uranio enriquecido actualmente en su poder -que no debía tener de haber cumplido las disposiciones de la AIEA – y permitir la inspección de plantas nucleares e instalaciones militares.
Sin embargo la inspección debe ser acordada previamente por las partes, no pueden llevarse a cabo en cualquier momento o lugar y de forma ilimitada. El embargo de armas se mantiene por 5 años y de tecnología avanzada de misiles por 8 años. El reactor de agua pesada en Arak, que produce plutonio, otro camino para llegar a La Bomba, deberá “transformar” su operación a la vez que se instaura un control permanente de las minas de uranio iraníes y el transporte del mineral desde las mismas.
Irán se compromete a adoptar el Protocolo Adicional al TNP, el que lo obliga a permitir mayor acceso y vigilancia de sus instalaciones nucleares y militares. Este ítem es crítico para cuando se cumplan los diez años de vigencia del acuerdo firmado con el P5+1.
Estados Unidos y las potencias se comprometen a un desmantelamiento gradual de las sanciones pero en caso que se compruebe que Irán ha violado los términos del acuerdo, estas serán automáticamente reimpuestas por el Consejo de Seguridad. Esto último es muy problemático pues la actual geopolítica global hace casi imposible reestablecer las sanciones una vez sean levantadas.
El acuerdo entra en vigencia 90 días después de la resolución del Consejo de Seguridad y las primeras sanciones le serán levantadas a Irán tras el primer informe de la AIEA que certifique que el Uranio enriquecido ha sido enviado fuera del país.
¿Por qué el acuerdo ha sido denunciado por Israel?
En repetidas ocasiones los líderes de la República Islámica, incluido su líder supremo el Ayatola Ali Kamenei, han declarado su intención de destruir a Israel. Esta retórica tuvo su punto máximo durante la presidencia de Mahmud Ahmadinejad quien además se dedicó, en cuanto escenario tuvo, a negar el Holocausto. Aunque la retórica ha menguado en la presidencia de Rouhani, no ha desaparecido del discurso oficial de altos funcionarios iraníes.
Irán apoya a grupos como Hezbollah, Hamas y la Yihad Islámica, comprometidos con la destrucción del Estado Judío. Para Israel un acuerdo que le permita a Irán mantener su programa nuclear constituye en las circunstancias actuales una amenaza existencial por lo que el primer ministro Benjamín Netanyahu lo ha catalogado como “error histórico”.
¿Cuál es el rol del congreso de Estado Unidos?
El presidente Obama aceptó que el acuerdo sea estudiado por el Congreso en un plazo de 60 días si este se firmaba después del 1° de Julio -30 días si se firmaba antes- El congreso va a estudiar el acuerdo y podría rechazarlo. Obama ya advirtió que vetará cualquier decisión en ese sentido por parte del Congreso. Para impugnar el veto del presidente se requieren dos terceras partes de los votos en ambas cámaras, algo improbable.
En caso que Estados Unidos por acción de Congreso reniegue del acuerdo esto le crearía un conflicto con sus aliados que simplemente cumplirían con lo acordado aislando a Washington en su política frente a Irán.
¿Cuáles son las consecuencias geopolíticas del acuerdo?
Podríamos titular este artículo “crónica de un acuerdo anunciado”, pues acuerdo se iba a firmar de una forma u otra. Ya desde hace meses todo estaba dispuesto para la rúbrica y nada iba a impedirlo. El P5+1 no iba a abandonar la negociación sin lograr un acuerdo y los iraníes le tenían bien medido el aceite a Obama y sabían que anhelaba a toda costa dejar como uno de sus principales legados el acuerdo nuclear.
Seguramente las potencias del P5+1 negociaron de buena fe, están convencidas que lograron un buen acuerdo y pueden ufanarse del logro diplomático. Sin embargo parecieron olvidarse que no estaban negociando con Noruega, sino con un país del Medio Oriente con antecedentes de engañar a la comunidad internacional, que los venció por nocaut en una negociación en la que el P5+1 no tenía mucho que perder y los países afectados de la región no tuvieron puesto en la mesa.
Sin duda Irán es el gran ganador. Le permite mantener su programa nuclear legitimado, salir del aislamiento, mejorar sus relaciones comerciales y políticas con occidente y reconstruir su economía. Irán queda fortalecido frente a sus rivales del Golfo , reconocida como potencia regional y en 10 años cuando venzan la mayoría de las provisiones del acuerdo de Viena, será una potencia nuclear con muchas y mejores centrifugas y con capacidad de producir armas atómicas de manera inmediata.
Desde el estallido de la llamada “primavera árabe” el Medio Oriente es testigo del colapso de los Estados en Siria, Irak y Yemen proceso fomentado por Irán que ha intervenido activamente apoyando a organizaciones armadas shiitas. A través de la milicia shiita Hezbollah, Irán controla de facto el Líbano a la vez que ha promovido las revueltas en Bahréin país de mayoría shiita. Hezbollah está involucrado activamente en la defensa del régimen de Bashar al Assad en Siria y milicias shiitas apoyadas por Irán han sido los puntales de la guerra contra la minoría sunita en Irak. En Yemen, Irán arma a los Houtties shiitas que derrocaron al régimen de Mansur al-Hadi. El acuerdo de Viena no impide que Irán continúe con sus actividades desestabilizadoras ahora con muchos más recursos a su disposición. El surgimiento de Al Qaeda en Irak, transformado en ISIS es consecuencia de la persecución a la minoría sunita por parte del gobierno pro-iraní de Bagdad. En la medida que los conflictos en Siria, Irak y Yemen continúen no es previsible un acercamiento entre Teherán y los países del Golfo.
Irán ha construido una sofisticada industria militar que no parece haber sido afectada mayormente por las sanciones y podrá después de 8 años y gracias a su riqueza petrolera acceder al más moderno armamento para consolidarse como gran potencia militar en la región. Es poco probable que los países árabes acepten de brazos cruzados una situación de inferioridad estratégica frente a Irán por lo que podría desatarse una carrera armamentista nuclear en la región más volátil del planeta. Preocupación adicional para los saudíes es un posible acercamiento entre Estados Unidos y Teherán a costa de las relaciones privilegiadas que hasta ahora había mantenido Riad con Washington.
Escenarios para Israel tras el acuerdo
Israel deberá enfrentar el hecho consumado que Irán es una potencia nuclear y más temprano que tarde tendrá la capacidad de construir su Bomba con las graves implicaciones que esto tendría para la seguridad del Estado Judío. Para Israel es absolutamente crítico en este momento estrechar al máximo su relación estratégica con Estados Unidos y prepararse militar y diplomáticamente para lo que viene, incluida una decisiva cooperación en inteligencia para descubrir lo que los inspectores no vean. La opción de eliminar el programa nuclear iraní por medios militares prácticamente ha desaparecido.
El prestigioso instituto de estudios de seguridad nacional de Israel –INSS- ha identificado tres escenarios posibles tras la firma de los acuerdos de Viena. El primero de baja probabilidad consiste en una transformación del régimen iraní hacia uno menos radical y hostil a Israel. Un segundo escenario sería el de Corea del Norte país que obtuvo sus armas nucleares y las ensayó tras haber firmado acuerdos con occidente los cuales no tuvo inconveniente en violar. Un tercer escenario el más posible y peligroso según el INSS, en el cual Irán cumple los acuerdos de Viena y tras diez años se convierte en potencia nuclear legítima con acceso a armas atómicas de manera inmediata cuando así lo desee.
El medio oriente entra en una nueva era donde como ha sido tradicional desde tiempos inmemoriales lo único seguro es la incertidumbre.