Edición Nº28 - Agosto 1997
Ed. Nº28: Los misterios del Santo Tetragrama
Dedicado a mi amigo Luis Makovski por su infinita paciencia en acompañarme en nuestras habituales charlas sobre la Torá; a su madre y familia, sin cuyo apoyo inicial y constante no hubiera podido realizar mis estudios religiosos.

Su Guematria más simple consiste en sumar entre sí las letras que lo componen: Iod, Hei, Vav, Hei, es igual a 10+5+6+5: su total es 26.
13 es la mitad de 26. Ejad (alefjet,dalet) ÚNICO, pero también Ahabá, amor. Entonces 13+13 es AMOR ÚNICO, AHABA EJAD.
Si a 26 le sumamos 13 obtenemos 39 que puede ser reemplazado por Adonai Ejad, Dios Único, la proclamación de la Fe Monoteísta en el Shemá Israel.
El doble de 26 es 52, Ben, Hijo, pero también el nombre del Profeta que ha de anunciar la venida del Mesías, Eliahu.
La Torá fue dada durante la 26° generación.
En la Torá, de acuerdo a Muniz Huberman (FCE), aparece el Shem Hameforash 6823 veces.
Por primera vez aparece en Génesis 2:4 como Adonai Elohim.
Se separa del Nombre compuesto citado anteriormente y aparece recién sólo como Adonai en Génesis 1:4: «Y dijo ella: he producido hombre de Adonai».
Y aparece por última vez en la Torá en Deuteronomio 34:11: «Que envió Adonai para hacer en tierra do Egipto».
Si al Shem Hameforash le sumamos la Vav, símbolo del hombre, obtenemos 32: Leb o corazón. Sólo el hombre puede entrar en los 32 Senderos de la Sabiduría que señaló Abraham Abinu en el Sefer Yetzirah. Según Rabí Aryeh Kaplan corresponden a los 32 pares de nervios craneanos.
De acuerdo a Mario Satz, los kabalistas se atreven a escribirlo en forma vertical y leerlo como un pictograma que representa al ser humano.
La Torá tiene 391.300 signos, cifra que es divisible por 26 (15.050×26).
Si le sumamos al valor del Shem Hameforash el número 19, que es el valor de Jevá (Eva), obtenemos 45, que es igual a Adam.
El cuadrado de su valor numérico 676, es Midabertejá (desde tu palabra), o Midbartejá (desde tu desierto) que aparece en Deuteronomio 33:2. Pero también es Oreret, ciego.
Si elevamos al cuadrado cada uno de los valores del Shem Hameforash y los sumamos entre sí, de acuerdo a Gershom obtenemos MAKOM, uno de los nombres secretos de Dios.
Según Rabí Abraham Aboulafia en «L’Epitre des Sept Voies» (p.57), elevando al cuadrado la mitad del Shem Hameforash es igual a 225 y si hacemos lo mismo con su segunda mitad es 121, que resultan Mazal Moznayim (Constelación de Libra) y Mazal Talé (Constelación de Aries).
Rabí Abraham Aboulafia permutaba la palabra Torá y con el Shem Hameforash se puede hacer lo mismo. En ambos nombres obtenemos 24 permutaciones en total.
Si multiplicamos 26 por 24 es igual a 624 que resulta «Va Ima’r Adonai El Moshé», «Y dijo Adonai a Moshé».
Si al valor del Shem Hameforash lo multiplicamos por 27 es igual a 702, que por Guematria es Shabat.
Si multiplicamos 26 por 7 obtenemos 182, Iakob pero también El Kaná, Dios Celoso, uno de Sus nombres.
Si multiplicamos 26 por 8 obtenemos 208. Itzhak.
Si a 26 le restamos la Vav, que es igual a 6, obtenemos 20, el valor de la letra Jaf, pero también la doble Iod con que se escribe uno de los nombres de Dios.
La distancia entre la primer letra del abecedario hebreo y el Shem Hameforash, es decir entre 26 y 1 es 25, que es la palabra que utiliza Adonai en Génesis para hacer la luz. Se escribe Iod, Hei, Iod.
El Dr. Moshé Katz y el Dr. Menahem Wiener, del Tejnión, comprobaron en la década de los 80, mediante análisis por computación, que en el Génesis la palabra Elohim, uno de los nombres de Dios, aparece, si se leen las letras, una cada 26 veces.