CIUDAD DEL VATICANO – “A la luz del patrimonio que compartimos, consideremos el presente como un desafío que nos une, como un incentivo para actuar juntos”. Con estas palabras el Papa Francisco dio la bienvenida el martes al lanzamiento de una iniciativa histórica del Congreso Judío Mundial, conocida como “Kishreinu” (en hebreo, “Nuestro Vínculo”), destinada a fortalecer los lazos judeo-católicos en todo el mundo.
“Nuestras dos comunidades de fe tienen encomendada la tarea de trabajar para que el mundo sea más fraterno, combatiendo las formas de desigualdad y promoviendo una mayor justicia, para que la paz no se quede en una promesa de otro mundo, sino que se convierta en una realidad del presente en nuestro mundo”, agregó.
Los líderes de las comunidades judías de más de 50 países, que fueron recibidos por el sumo pontífice el martes en el Palacio Apostólico, se reunieron para un encuentro del Comité Ejecutivo del Congreso Judío Mundial, el primer evento formal realizado por una organización judía en el Vaticano desde la fundación de la Iglesia Católica. Se sirvió comida kosher.
La iniciativa Kishreinu, una vez completada, actuará como respuesta de la comunidad judía a la Declaración Nostra Aetate del Concilio Vaticano II, que en 1965 revolucionó la relación entre la Iglesia Católica Romana y el pueblo judío.
El presidente del WJC, Ronald S. Lauder, afirmó en su discurso en el Salón del Sínodo del Vaticano: “Quienes nos reunimos hoy aquí estamos ansiosos por promover nuestro vínculo con la Iglesia Católica. Hoy lanzamos el proceso de ‘Kishreinu’, que refuerza el futuro común de nuestros dos pueblos y presenta una nueva etapa en el vínculo católico-judío”.
Lauder también expresó su gratitud a la Iglesia Católica durante una época de creciente odio a los judíos en todo el mundo. “No lo ignoramos. No olvidamos. Pero miramos hacia adelante, juntos. Y qué mejor que todos los hijos de Dios vivan juntos en paz, armonía y en la casa del señor, para siempre” agregó.
Por su parte el cardenal Kurt Koch, jefe del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, afirmó: “Con nuestro patrimonio compartido, tenemos la responsabilidad común de trabajar juntos por el bien de la humanidad, refutando el antisemitismo y las actitudes anticatólicas y anticristianas, así como como todo tipo de discriminación, para trabajar por la justicia, la solidaridad y la paz, para difundir la compasión y la misericordia en un mundo a menudo frío y despiadado”.
Durante décadas, el Congreso Judío Mundial ha trabajado exitosamente en la profundización de las relaciones entre los judíos del mundo y la Iglesia Católica, con un enfoque en una mejor comprensión y resolución de diferencias. En esta línea, Lauder aseveró que el WJC trabajará tanto para mejorar el nivel de cooperación entre la comunidad judía mundial y la Santa Sede en los foros internacionales como para ayudar a los necesitados en todo el mundo, incluidos los afectados por la guerra en Ucrania.
El Comisionado para el Diálogo Interreligioso del WJC, Claudio Epelman, remarcó el significado de la ocasión, y destacó que “Cientos de líderes judíos de todo el mundo están iniciando un proceso que cambiará la forma en que judíos y cristianos se relacionan y comparten su vida cotidiana en cada pueblo y ciudad donde viven. Estamos agradecidos con el Papa Francisco por el invaluable gesto simbólico de ser nuestro anfitrión hoy, y estamos seguros de que trabajando juntos crearemos un futuro mejor para todos”.
“Para nuestra historia de dos mil años, en Roma y en todas las demás localidades de la comunidad judía italiana, los majestuosos muros de esta Ciudad del Vaticano siempre han tenido un significado de límite infranqueable”, dijo Noemi di Segni, presidenta de la Unión de Comunidades Judías Italianas y miembro del Comité Ejecutivo del WJC durante su presentación.
“Hoy estamos aquí para afirmar que el vínculo que nos une es un vínculo de vida, de comunidades vitales con miles de años de historia que conforman una invaluable experiencia las generaciones más jóvenes”, agregó.
La reunión del Comité Ejecutivo del WJC comenzó el lunes por la noche en la histórica Gran Sinagoga de Roma, que fue construida en 1904 y sirve como sede del Museo Judío de la ciudad.