Coloquio

Edición Nº53 - Marzo 2021

Ed. Nº53: La educación online: una mirada crítica y constructiva sobre la experiencia de aprender en la etapa pandémica

Por Denise Abulafabia

Luego de un largo año de experimentar un fenómeno mundial casi sin precedentes, muchos fuimos los optimistas en sus comienzos al pensar que llegaría finalmente la revolución del e-learning. Pero no fue así. Mucho de lo que fuimos viviendo con nuestros hijos, alumnos, niños y jóvenes de nuestras comunidades fue un intento de salvataje para “copiar y pegar” la forma en que aprendemos en la presencialidad, en el contexto virtual. Y para muchos, no funcionó. Mientras en el mundo se levantan las banderas que abrazan la expansión de los métodos virtuales de aprendizaje, también crecieron los detractores que, ahora habiendo experimentado con resultados negativos, consolidan la idea de que aprender sin un docente en el aula física, no sirve.

Para los que venimos estudiando hace ya muchos años las experiencias de aprendizaje a distancia y virtuales en diversas culturas y países, sabemos que este “salvataje” de pasar el pizarrón a un Zoom, no es hacer educación online. No lo es ni para las escuelas, ni para las universidades ni tampoco para la formación profesional en el contexto de las corporaciones. El aprendizaje virtual o en modelos híbridos en los cuales se mezclan instancias presenciales y virtuales, conlleva varios puntos claves a tener en cuenta para garantizar su éxito que en este contexto de emergencia no se pudieron tener en cuenta en muchos casos.
 
Antes de sumergirnos en los puntos más destacados del universo de los aprendizajes en la virtualidad es importante describir dos conceptos que nos van a permitir situarnos y reconocer buenas estrategias: las instancias asincrónicas y las instancias sincrónicas. Las primeras, las asincrónicas, son momentos de aprendizaje por lo general individual donde cada aprendiz aprende a su ritmo, define cuando lo hace y es una enorme oportunidad para que cada uno tenga un contenido y actividades personalizadas y adaptadas a su necesidad. En cambio, en las instancias sincrónicas, todos los aprendices de un grupo se reúnen virtualmente en un aula virtual, en un canal de chat o cualquier otro espacio de interacciones en vivo en el mismo momento. Por lo general, es una única clase para todo el grupo y tiene enorme relevancia para varios aspectos que vamos a discutir a continuación:
 
– La clave está en las emociones: los educadores del otro lado de la pantalla deben conectar emocionalmente con los aprendices, generar un clima confortable para generar preguntas y una participación activa. Es necesario que cada persona que aprende en un aula virtual se sienta que notaron su presencia y que es importante. ¿Cómo? saludando a los que van ingresando, nombrándolos, agradeciéndoles su participación o dejándoles saber cuando hacen una muy buena pregunta. Los educadores deben tomarse tiempo para ver quienes no participan para contactarlos e incentivarlos a que lo hagan, ofreciendo espacios para contar con ellos.
 
– Mezclando sesiones sincrónicas y asincrónicas: las clases asincrónicas en las cuales cada estudiante aprende en forma a su propio ritmo, tienen la enorme ventaja de poder hacerlas personalizadas y ayudan a desarrollar la habilidad de la auto-gestión del aprendizaje, clave para el aprendizaje a lo largo de la vida, también conocido como el life-long learning. Sin embargo, muchos aprendices demoran en desarrollar esta habilidad y les es muy necesario tener sesiones sincrónicas con su docente o facilitador que le permita interactuar en vivo al igual que con sus pares. El punto clave del éxito de las clases virtuales es entender qué aprendizajes se deberían trabajar en las sesiones asincrónicas y cuáles en las sincrónicas. La mejor ecuación es comenzar con algunas clases sincrónicas que permitan a los aprendices y sus docentes conocerse, generar confianza, verse las caras y poder contar la forma de trabajo durante el ciclo de los cursos para que todos se saquen dudas. Luego, se pueden colocar sesiones asincrónicas que se intercalan con otras sesiones en vivo. 
 
Cuando la presencialidad lo permite, lo ideal es intercalar las tres instancias agregando sesiones presenciales sincrónicas. ¿Qué aprendizajes se priorizan en la sesiones asincrónicas? explicaciones sobre temas simples (generalmente video-lecciones o audios), prácticas, producciones de parte de los aprendices, trabajo en equipo, investigaciones, y se trata de personalizarlo lo máximo posible (por niveles, por intereses, por temas complementarios). ¿Qué se prioriza en las sesiones sincrónicas? explicaciones sobre temas complejos, exposiciones de los aprendices con su retroalimentación, correcciones sobre errores comunes en las prácticas asincrónicas.
 
– Gamification o incorporación de conceptos lúdicos en el proceso de aprendizaje: este es uno de los conceptos más innovadores y esenciales para incentivar a los aprendices a sostener su ritmo de cursada de la clase. Las clases pueden ser reconvertidas  en misiones y asignar desafíos tanto grupales como individuales. Se puede asignar puntaje por la participación, por ayudar a otros compañeros, por destacarse en algún valor importante para la institución o la empresa, por entregar sus trabajo en tiempo y forma o por traer información nueva y relevante. Se pueden generar puntos para aquellos que acrediten aprender cosas nuevas que están fuera del temario de la clase o leer un libro y comentarlo (si buscamos fomentar la lectura por placer). Esos puntos pueden dar acceso a clases especiales que son exclusivas para los que suman más créditos, posibilidad de tener algunas horas libres, saltear algún examen, recibir un libro digital de regalo, etc. Lo importante es el reconocimiento a los diversos talentos.
 
– Promover la participación: para facilitar la participación hay que generar un clima de confianza, respeto y utilizar estrategias que incentiven a romper las barreras que tienen los aprendices a la hora de hablar o escribir en un aula virtual. Durante las sesiones virtuales sincrónicas es recomendable realizar actividades para romper el hielo, buscar a los participantes para que participen en forma activa y asegurarnos de que nosotros, como facilitadores, nos mostremos disponibles, accesibles y abiertos con calidez y respeto a recibir respuestas.
 
– Aprender haciendo: desde hace ya muchos años que la neurociencia aplicada en la educación reconoce que los hombres aprendemos nuevos conocimientos en forma mucho más efectiva cuando lo aplicamos que cuando nos sentamos pasivamente a escuchar una clase. La virtualidad nos permite acceder a infinitas herramientas digitales que se incorporan  tanto al aula virtual sincrónica como a las sesiones asincrónicas donde los aprendices aprenden investigando, creado, debatiendo y generando proyectos.
 
La tecnología no deja de ser una herramienta, muy poderosa de hecho, para potenciar aprendizajes y democratizar el acceso a la educación a millones de niños, jóvenes y adultos en el mundo que aún carecen de conectividad y acceso a dispositivos. 
 
En nuestro rol de padres-educadores, se nos abre hoy una puerta para involucrarnos cada vez más en el proceso formativo de nuestros hijos. Transmitir el disfrute por el aprender cosas nuevas, fomentar la curiosidad y dedicar tiempo a investigar temas de interés a todas las edades, es uno de los mejores legados que podemos hacer como padres. Conocer las mejores prácticas educativas en el nuevo modelo de aprendizaje hibrido que tenemos por delante en los próximos años, nos ayudará a tener una mirada más crítica sobre la educación de nuestros hijos y también de nuestra formación como adultos. 
 
El mundo nos demostró que tenemos que estar preparados para tener habilidades para aprender acerca de muchas cosas y en contextos muy diferentes. La tendencia nos indica que las nuevas generaciones cada vez más van a ir desarrollando sus carreras de formación en una forma cada vez más auto-gestionada. Las corporaciones en el mundo ya reclaman desde hace varios años las competencias de seguir aprendiendo toda la vida y la auto-gestión del conocimiento. Y si sumamos la llegada de la aplicación de la inteligencia artificial y el análisis de datos a los aprendizajes entenderemos que lo que hoy conocemos como educación virtual será la locomotora a vapor de los medios de transporte algún día….porque esto, recién comienza.